martes, 18 de octubre de 2011

ESCLAVAS EN VIGO

La Fiscalía de Extranjería reveló ayer que ha detectado en los últimos siete años ha detectado 30 casos de trata de seres humanos relacionada con la explotación sexual en Vigo y su entorno. Dos de las víctimas eran menores de edad. En el 2010 fueron rescatadas cinco mujeres y seis casos llegaron a juicio. Pero el Ministerio Público señala que existe «un alto número de cifras negras» de mujeres tratadas como «siervas o esclavas sexuales» que no denuncian su situación.
Su perfil es el de inmigrantes que son engañadas, que están en una situación de necesidad, amenazadas, raptadas o sometidas a ritos de vudú y que son trasladadas desde su país de origen.
La Fiscalía también señala que el aeropuerto de Peinador es una vía habitual de entrada de mujeres en Galicia para ejercer la prostitución. Las sudamericanas llegan de París con pasaporte de turista y las rumanas por carretera. Las nigerianas que hacen la calle en O Berbés o en Bouzas deben pagar una media de 6.000 euros por un viaje en patera lleno de peligros. «Todas estas inmigrantes se ven inmersas en un traslado inconsentido o viciado y al llegar a su destino no tienen más opción que asumir las condiciones abusivas y de explotación sexual o laboral que sus traficantes le imponen», dice la encargada de la sección de Extranjería, con sede en Vigo.
La sospecha de que la bolsa de «esclavas sexuales» es más grande de la que detecta la policía en los clubes se debe a que «no están en disposición de denunciar por ser extranjeras en situación irregular, las presiones recibidas, el temor a represalias y la carencia de alternativas reales». Muchas callan. Sus captores conocen a su familia o incluso se trata de hermanos y yernos. La identificación de las perjudicadas es difícil, pero desde enero el delito está recogido en el Código Penal.

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