jueves, 29 de agosto de 2019

La vivienda es un derecho fundamental, no se debe especular con ella.

Este es nuestro planteamiento sobre la vivienda https://partidosain.es/conocenos/luchar-contra-la-especulacion-de-la-vivienda/

Hoy aparece este artículo en la prensa que aportamos para la reflexión y el diálogo: 

El precio medio de la vivienda libre en Santiago se redujo un 21 % desde el 2008

El valor del metro cuadrado se sitúa en 1.589 euros, lo que supone 432 menos que antes de la crisis


santiago / la voz
Un total de 181.890 euros. Ese era el precio medio de un piso de 90 metros cuadrados en Santiago antes de que estallara la crisis. Once años después, se queda en únicamente en 143.010 euros, lo que supone 38.880 euros menos. Así se colige del valor tasado medio del metro cuadrado, que se redujo un 21,3 % desde el 2008, pasando de los 2.021 euros a los 1.589 registrados en el primer trimestre del 2019, según los datos de Fomento.
Pese al descenso, Santiago continúa siendo la segunda ciudad más cara de Galicia a la hora de comprarse una vivienda, solo por detrás de A Coruña, donde el valor tasado medio del metro cuadrado se sitúa en 1.622 euros. El tercer puesto es para Vigo, con 1.453 euros. Tanto en la ciudad herculina como en la olívica, los precios del mercado inmobiliario se resintieron mucho más que en Santiago. En A Coruña el valor medio bajó un 27,8 % -625 euros- con respecto a antes de la crisis, y en Vigo, un 40 % -971 euros-. Pero, sin lugar a dudas, es Lugo la ciudad que experimentó una mayor reducción porcentual del coste del metro cuadrado de una vivienda libre, ya que ahora hay que desembolsar 540 euros menos que en el 2008, lo que supone una caída del 64,2 % hasta situarse en 840 euros. Por su parte, son los ourensanos los que tienen que abonar precios más similares a los de hace once años, ya que únicamente se redujo un 13 % y quedó en 1.226 euros.

Por otra parte, si antes de la crisis en todos los municipios gallegos mayores de 25.000 habitantes recogidos en el estudio del Ministerio de Fomento el precio del metro cuadrado se situaba por encima de los 1.000 euros, en la actualidad solo Santiago, A Coruña, Culleredo, Oleiros, Ourense, Pontevedra y Vigo superan esa cifra. De los ayuntamientos analizados en el informe, la vivienda más económica está en Ferrol, donde en este primer trimestre se situaba en 692 euros, menos de la mitad que en Santiago.

Por otra parte, respecto a hace cinco años, también se redujo la cantidad que hay que desembolsar por adquirir un inmueble en Santiago. En el primer trimestre del 2014, el valor medio del metro cuadrado era 42 euros más caro que en la actualidad. Sin embargo, aquí la tendencia es diferente entre las ciudades gallegas. En Vigo, Ferrol y Lugo también hay que abonar un precio inferior que hace un lustro, mientras que en A Coruña, Ourense y Pontevedra los valores aumentaron.

Encarecimiento paulatino.

Pero aunque comprarse un piso libre en Santiago sea ahora más barato, como media, que en el 2008 y en el 2014, la tendencia de precios es al alza. Así lo refleja el valor medio tasado del Ministerio de Fomento tomando como referencia el primer trimestre de cada uno de los ejercicios. Los 1.589 euros por metro cuadrado del 2019 suponen 13 euros más que en el 2015 y 71 euros más que en el 2017. Mayor diferencia hay respecto al inicio del pasado ejercicio, puesto que ahora son 92 euros más. También hay un incremento medio de 39 euros respecto al último trimestre del 2018.

En los tres primeros meses del ejercicio, el Ministerio de Fomento contabilizó 145 tasaciones, la práctica totalidad de viviendas superiores a los cinco años de antigüedad. Solo doce de los inmuebles tenían menos de un lustro.

Para la reflexión.

Interesante reflexionar sobre esta situación de empresas españolas,  gallegas, que basan su negocio en la explotación de la pesca en Namibia. ¿Qué pasaría si fueran empresas de Namibia las que estuvieran explotando la pesca en nuestros caladeros?, por ejemplo.

El efecto mariposa: una mina en Namibia amenaza 5.000 empleos en Galicia

La justicia del país africano decidirá sobre las prospecciones de fosfato en alta mar, que ponen en peligro la actividad de 40 barcos de capital gallego.

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Namibia es desde hace décadas uno de los principales caladeros donde pesca la flota pesquera gallega. Lo es desde antes incluso de su independencia de Sudáfrica, en 1990, un cambio de fronteras que obligó a armadores y autoridades españolas a renegociar sus condiciones del negocio. Pero lo que no pudo la política lo amenaza ahora la minería, con un proyecto de extracción submarina de fosfato que es todo un peligro para los 40 barcos de capital gallego que operan en sus aguas. Más de 5.000 empleos y 50.000 toneladas anuales de pescado dependen de la decisión que adopte el Gobierno namibio, sacudido por la tensión entre partidarios y detractores del plan minero.
Namibia es la segunda mayor reserva pesquera gallega. Grupos como Iberconsa, Pescanova, Pereira, Mascato y Copemar mantienen en el país una estructura consolidada, que combina la flota con las plantas de transformación. Serían las grandes perjudicadas de prosperar las intenciones de la Namibian Marine Phosphate (NMP), creada por el millonario omaní Mohammed Al Barwani (85%) y el namibio Knowledge Katti (15%), al que la prensa del país relaciona con el propio presidente del Gobierno, Hage Geingob. Su ejecutivo le concedió en 2011 una licencia controvertida y ya expirada, que cuenta con el rechazo no solo de los armadores con buques que operan en la zona, sino también de los ecologistas. Geingob se enfrenta actualmente a algunos de sus ministros en su intento de reactivar el permiso.
El de la certificación ambiental no es el único frente, también las pesqueras gallegas han pedido la anulación de la licencia de 2011 por la vía judicial
NMP ha apelado a la instancia judicial para forzar al Ejecutivo namibio a concederle el certificado ambiental, retirado en junio del pasado año por el ministro de Medio Ambiente, Pohamba Shifeta. Shifeta puso en duda “la independencia de los informes científicos” que avalaban el proyecto y apeló a que la ley le obliga a “cuidar del medio ambiente de forma imperativa”. Según la prensa del país africano, Geingob se ha dirigido por carta a Shifeta y a los titulares de Pesca y Minas, también implicados en la tramitación de los permisos, para reclamarles una “solución inmediata”. Para el periódico 'The Namibian', es una forma de presión para activar el negocio de “un amigo del presidente”.
El de la certificación ambiental no es el único frente en el que tiene que combatir la compañía minera. También las pesqueras gallegas han pedido la anulación de la licencia de 2011 por la vía judicial, un proceso que desembocará en el juicio previsto para el mes de septiembre. La Namibian Marine Phosphate (NMP) ha acudido igualmente a los juzgados para tratar de forzar una aprobación de la autorización ambiental pendiente. Se trata según la prensa local de una demanda presentada ante el Tribunal Superior de Windhoek contra el ministro Shifeta, el comisario ambiental y el comisario ambiental adjunto. La empresa sostiene que las autoridades no han dado respuesta a sus solicitudes de obtención del certificado que se les exige.

La pesca, directamente afectada

Existe un amplio consenso sobre la negativa repercusión que tendría la actividad minera en los fondos de las aguas namibias, que afectará de forma directa a la pesca. El proyecto de NMP tiene un horizonte de 20 años y se ejecutaría en un área de 2.233 kilómetros cuadrados ubicada a 120 kilómetros del puerto de Walvis Bay, en aguas de un fértil caladero. Las empresas de capital gallego apelan a informes científicos, que avalan la afección a la reproducción de las especies más comerciales, debido al movimiento de los sedimentos marinos. Su actividad requiere el dragado de ingentes cantidades de sedimentos del fondo, que se llevan a la superficie. De su conservación dependen los nutrientes que alimentan a las especies pesqueras más comerciales. El socio de NMP Knowledge Katti contraatacó a las críticas con el argumento de que la pesca es mucho más agresiva que los dragados marinos.

Las reservas mundiales de fosfato se concentran en cinco países: China, Estados Unidos, Marruecos, Jordania y Sudáfrica, aunque en los últimos años existen proyectos en muchos otros, todos ellos polémicos. Es el caso de Nueva Zelanda, donde se prohibió la extracción, pero también de Papúa Nueva Guinea y México, además de Namibia. La minería submarina de arena fosfática es un suculento negocio al servir de abastecimiento para la producción de fertilizantes. En Sudáfrica, el Gobierno concedió en 2018 tres licencias de exploración para este mineral en un área de 150.000 kilómetros cuadrados, lo que generó un conflicto interno en su Gobierno no muy distinto del que ahora se vive en el país vecino.

Un proyecto 10 años bloqueado

A la espera de lo que decidan los juzgados, el enfrentamiento entre el presidente de Namibia y sus ministros adquiere dimensiones de auténtica crisis. Según 'The Namibian', el presidente Geingob se sumó a la presión que ejerce la minera en los juzgados con una carta en la que “exhorta” al ministro Shifeta “a que se ponga en contacto con los ministros de Pesca y Minas”, con el objetivo de “poner sobre la mesa las dudas que emanan de sus sectores y encontrar una solución inmediata”. El escrito del presidente, sostiene el periódico, es consecuencia de una misiva del multimillonario Al Barwani en la que expresa sus quejas por el bloqueo del proyecto, con lo que acusa a Geingob de ejercer presión sobre sus ministros en nombre de la empresa y a través de su “amigo personal” Knowledge Katti. El presidente del país explica a los ministros que los inversores se sienten “frustrados por los procesos prolongados y la indecisión” y considera “desalentador” que, 10 años después de haberse iniciado el proyecto, aún no se haya decidido si el certificado “sigue siendo válido o no”.
Además del conflicto minero, la flota gallega también tiene que hacer frente en Namibia a un nuevo reparto de cuotas que amenaza las condiciones en las que operan sus barcos. La asignación de derechos de pesca se sigue retrasando, a pesar de las continuas promesas del Gobierno de adoptar una decisión inminente.

viernes, 23 de agosto de 2019

En seis de cada diez concellos hay más pensionistas y parados que trabajadores

Solo en 15 municipios se llega a la ratio de dos cotizantes por jubilado que garantiza las prestaciones

Redacción / La Voz
Nunca en la historia hubo tanta gente trabajando en España. A pesar de que los últimos datos alertan de la ralentización del mercado laboral, los más de 19,5 millones de afiliados a la Seguridad Social en julio suponen un nuevo récord de ocupación. En Galicia, aunque todavía no se ha recuperado todo el empleo destruido en la crisis, en los últimos cinco años se han creado más de 136.000 nuevos puestos de trabajo, suturando parcialmente las heridas de la recesión.
Pero por mucho que mejore la economía, el avance sirve apenas para maquillar los efectos que el invierno demográfico provoca en la comunidad, donde solo 119 de los 313 ayuntamientos tienen más trabajadores afiliados a la Seguridad Social que pensionistas y parados. O, dicho de otra manera, en seis de cada diez localidades hay menos cotizantes que personas cuyos ingresos dependen de las aportaciones de los primeros al erario.

A los datos, como siempre, se les puede buscar la lectura positiva. Y es que la situación ha mejorado en los últimos años. Basta comparar la situación con la del 2015, cuando se empezaba a salir de la crisis y la relación entre ocupados y jubilados y desempleados solo era positiva en 70 municipios, medio centenar menos que ahora.
Pero, en lo sustancial, el mapa no ha cambiado mucho, como se puede apreciar en el gráfico que acompaña esta información y que muestra que la práctica totalidad de la provincia de Ourense (donde solo 7 de los 92 concellos presentan ratios positivas), una buena parte de la de Lugo y el interior de las de Pontevedra y A Coruña presentan altas tasas de dependencia económica. Tan elevadas que hasta el Servicio Público de Empleo, en sus informes sobre el mercado de trabajo en Lugo y Ourense, apunta a que ambos territorios tienen «un problema muy serio con la pérdida y el grado de envejecimiento de su población».
Llega incluso a advertir que «si la progresión sigue así, la viabilidad de sistemas implantados en la actualidad [...] como las pensiones puede verse afectada». Quizás una frase alarmista en exceso, ya que el pago de las prestaciones está blindado por el sistema de caja única por el que se rige la Seguridad Social, que garantiza la solidaridad interterritorial y que las comunidades donde los ingresos superan los gastos compensen los déficits de aquellas donde no se llega al equilibrio. Entre ellas, Galicia (donde, si se sacan de la ecuación las cifras de desempleados, tan solo quince concellos presentan una ratio superior a los dos cotizantes por pensionista -la media en España está en los 2,3, aunque lo óptimo se considera a partir de 3-).
A falta de los datos del cierre definitivo del ejercicio 2018, las cuentas de la Seguridad Social muestran que en la comunidad los ingresos por cotizaciones apenas cubren dos terceras partes de la nómina de las pensiones, que crece a un ritmo mucho mayor que las aportaciones de los trabajadores, ya que la creación de empleo en los últimos años no se ve acompañada de una subida generalizada, y generosa, de los salarios. Esto limita la recaudación, que apenas llega a los 5.280 millones de euros, frente a los casi 8.300 que se van en el pago de prestaciones. Para equilibrar las cifras, y con los niveles actuales de cotización, harían falta algo así como 400.000 nuevos puestos de trabajo para equilibrar las cuentas del sistema de pensiones en Galicia (o recortar un 40 % las prestaciones).
Y no es un caso aislado, ya que solo cuatro de las 17 comunidades (Madrid, Baleares, Canarias y Murcia) serían capaces de pagar a sus jubilados con lo que aportan los trabajadores de la región.
Un círculo vicioso
Pero, volviendo a Galicia, ¿qué provoca la desertización económica del interior de la comunidad? Además del envejecimiento de la población, el informe del SEPE añade otros factores, como «la emigración de la mano de obra cualificada y la dificultad para atraer talento; así como el abandono de la actividad primaria y la falta de presencia y debilidad del sector industrial». Además, las empresas tienen un tamaño muy reducido y hay muy pocas con la dimensión suficiente para «generar dinámicas positivas de crecimiento».
Estas se concentran, como muestra el gráfico, en las ciudades y en sus áreas metropolitanas. De hecho, las menores tasas de dependencia económica (es decir, donde hay más trabajadores para sostener a los pensionistas y desempleados) se registran en los municipios del cinturón de Santiago (Ames, Oroso y Teo) y A Coruña (Cambre, Culleredo, Arteixo y Oleiros). Ente los diez primeros figuran también Barbadás, Salceda de Caselas y Ribadumia.
De las siete ciudades, solo Ferrol presenta una ratio negativa. Y es que frente a los más de 15.400 pensionistas que viven en la ciudad y los 4.728 parados, la urbe naval cuenta actualmente con solo 18.594 trabajadores en alta. Muy diferente a la proporción que presenta la vecina Narón, donde hay apenas 9.940 jubilados y desempleados frente a más de 13.900 ocupados.

martes, 20 de agosto de 2019

Foro internacional

El objetivo de este foro es poner en primer plano las respuestas solidarias, noviolentas y autogestionarias que numerosos colectivos y personas están dando a las grandes situaciones de injusticia. Queremos impulsar y promover las experiencias que trabajan desde abajo, porque es el lugar donde las injusticias muestran su peor rostro y por tanto también el lugar donde es posible responder mejor a las causas de esas injusticias.
Hacemos un llamamiento a todas las personas que quieran avanzar en esta dirección, a sumarse a este imprescindible foro.

Nuestros principios

  • Queremos mirar la realidad desde abajo porque no podemos arriesgarnos, nosotros también, a negar la palabra a los que allí habitan.
  • Queremos pensar desde abajo, porque es ahí donde reside la fuente de la justicia, de la fraternidad y de la solidaridad desnudas.
  • Queremos unirnos a los que trabajan desde abajo, sabiendo que es el lugar más adecuado para explorar posibilidades de transformación noviolenta.
  • Queremos construir, desde abajo, nuevas realidades, senderos creativos, que comprometan nuestra existencia y abran caminos a nuevas formas de vida.

Programa

Viernes 6 de septiembre
Recepción de los asistentes a partir de las 19h.
Sábado 7 de septiembre
9´30 – 10’30: Presentación performática sobre noviolencia y la Marcha Jai Jagat. Moisés Mato. Colectivo Noviolencia
10´30 – 12’00: MESA 1: Trata y explotación sexual y reproductiva
Modera: Corina Fuks. Liberata
Participan:
  • Amelia Tiganus. Feminicidio.net (España)
  • Sandra Norak. Sisters (Alemania)
  • Jennifer Lahl. Stop Surrogacy Now (en diferido) y Emma Contreras. Matrona experta en Vientres de Alquiler
  • Ingeborg Kraus. Científicos por un Mundo sin Prostitución (Alemania)
12´30 – 14´00: MESA 2: Trata y explotación laboral
Modera: Magdalena Pérez. DIGNITEX
Participan:
  • Carolina Elías. SEDOAC-Servicio Doméstico Activo (España)
  • Malick Gueye. Sindicato de Manteros de Madrid
  • Myriam Barros . Las Kellys (España)
  • Spytou Mendy. Sindicato Obreros del campo del SAT (España)
15´30 – 17’00: MESA 3: El derecho a migrar y a no migrar
Modera: Elena García. Partido Sain
Participan:
  • Lamine Bathily. Sindicato de Manteros de Barcelona
  • Lamiae Abassi. Ex-Menas Barcelona
  • Fatemeh Khavari. Cofundadora de Ung i Sverige (Suecia)
  • Hatici Güldü, Rafah Alsaad y Mutea Oubeid. Refugiadas de Turquía y Siria. Women’s Peace Table (Alemania)
  • Preguntas
17´30 – 19´30: Tres mesas de trabajo de grupos sobre los temas vistos.
21´30: Feria de propuestas y arte noviolento
Domingo 8 de septiembre
9´30 – 10’30: MESA 4: El Derecho a una vivienda digna
Modera: Rodrigo del Pozo. Partido SAIn
Participan:
  • Angelines Díaz. Plataforma de Afectados por la Hipoteca.
  • Grenfell United. Londres (Inglaterra)
10´30 – 11’30: MESA 5: Hambre y despilfarro
Modera: José Santos. Partido SAIn
Participan:
  • Marta Piqueras. COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores) – Vía Campesina
  • José Esquinas (España) Exsecretario de la comisión de la FAO sobre recursos genéticos
12´00 – 13´00: Dos grupos de trabajo sobre c
ada uno de los temas presentados.
15´30 – 18’30: Pleno y conclusiones.
19’00 -20’00: SNACK Y DESPEDIDA

Más información e inscripciones: Jai Jagat España

lunes, 12 de agosto de 2019

Compostela nos 15 primeiros lugares de Europa

Compostela, entre as cidades europeas nas que se consome máis cocaína, segundo un estudo da UE (Publicado por Marcos Pérez Pena)

O mes pasado o Centro europeo de monitorización de drogas e adicción (EMCDDA), dependente da Unión Europea, publicou os últimos datos do seu estudo anual sobre o consumo de drogas en 70 cidades do continente, obtidos a partir da análise da augas residuais nestas urbes. O informe, que se pode consultar online, conclúe un aumento xeneralizado do consumo de cocaína en toda Europa, cun incremento sostido dende o ano 2015. No último ano medrou tamén o consumo de MDMA e anfetaminas, aínda que o equipo responsable do estudo aconsella agardar a novas medicións para determinar se a tendencia se mantén.
Compostela aparece no 15ª lugar entre as 70 urbes que compoñen o estudo, cun nivel de 352,1 miligramos por cada mil habitantes cada día, máis do dobre do dato do ano 2016
Entre as 70 cidades analizadas, a investigación inclúe dende o ano 2011 datos de Santiago de Compostela, o que permite observar a evolución do consumo de cada substancia dende entón. Segundo este estudo, entre o ano 2016 e 2018 o consumo de cocaína elevouse notablemente na cidade, situándose nos primeiros lugares entre todas as cidades analizadas. Así, Compostela aparece no 15ª lugar entre as 70 urbes que compoñen o estudo, cun nivel de 352,1 miligramos por cada mil habitantes cada día, máis do dobre do dato do ano 2016 (142,7 miligramos). 
A presenza das restantes substancias analizadas é residual en Santiago, con niveis practicamente inexistentes de anfetamina e metaanfetamina e só unha pequena cantidade de MDMA. O estudo analiza igualmente a presenza das drogas detectadas nas augas residuais en cada día da semana, concluíndo que os niveis son moito máis elevados nas fins de semana.
En calquera caso, o nivel de cocaína detectado en Compostela é moi inferior ao rexistrado noutras cidades, como Bristol (962 mg), Amsterdam (932 mg), Zurich (856), Barcelona (733 mg), Valencia (587 mg), París (525 mg), Berna (499 mg), Copenhagen (466 mg) ou Lisboa (455 mg).
Evolución dos nives de cocaína detectados nas augas residuais de Compostela © EMCDDA
A distribución xeográfica das restantes drogas no continente é distinta. Mentres que na cocaína se detecta máis no sur e no oeste de Europa, os maiores rexistros de anfetaminas aparecen no centro e norte do continente (Alemaña, Holanda, Suecia, Finlandia, Islandia...) e os de metaanfetamina no centro e leste (Alemaña e República Checa, principalmente). O consumo de MDMA si se distribúe de forma máis uniforme entre todos os países, destacando as concentracións en Amsterdam, Berlín, Zurich, Barcelona e Lisboa.
A presenza das restantes substancias analizadas é residual en Santiago, con niveis practicamente inexistentes de anfetamina e metaanfetamina e só unha pequena cantidade de MDMA
O informe destaca que un estudo do propio EMCDDA orientado a detectar tendencias sinalou o pasado ano que "en Europa unha maior dispoñibilidade de cocaína no mercado da droga pode reflectirse nun incremento da tendencia ao consumo nalgúns países e posiblemente á súa expansión a Europa oriental, onde o consumo era anteriormente escaso". E sinala que os "aínda que estes datos indican unha clara tendencia ao incremento dos residuos durante 2015-2018, subsisten dúbidas sobre cales son os factores que levaron ao incremento dos metabolitos de cocaína".
Nas súas conclusións o equipo responsable do estudo subliña que "aínda que este incremento pode indicar que o número de consumidores de cocaína aumentou, tamén pode significar que aumentou o consumo entre un número similar de consumidores" ou tamén podería reflectir simplemente "que é maior a pureza da cocaína consumida en Europa, o que levaría a unha maior detección de metabolitos nas augas residuais".