domingo, 13 de enero de 2013

Mi experiencia en una prisión

Esta semana estuvimos en la prisión de Monterroso. El grupo de teatro representaba unos textos de Metáforas de lo Invisible y empezaron leyendo una carta del autor diciendo que toda persona, TODA, tiene la semilla de la Revolución. Dijeron que lo suyo con los textos… había sido un amor a primera vista.
Comenzaron a actuar en un ambiente que parecía habituado a espectáculos más frívolos, más propensos a evadir a los reclusos de su situación; los chistes, los comentarios empezaron entre el público, como una forma más cómoda de llenar los silencios. Pero pronto comenzó a imponerse un mensaje más profundo que salía del esfuerzo de los actores.

El auditorio estaba lleno de personas con una historia de sufrimiento y las historias que contaban en el escenario conectaban con ellos…y que les conectaban a ellos con la realidad que está fuera de la prisión. Costó el silencio pero llegó; surgieron momentos de un SILENCIO de escucha, de diálogo, de reconocimiento del trabajo de sus compañeros…

Los textos representados hablaban de prostitución, de violaciones, de injusticia y muerte, de guerras y espanto… y también hablaban de la indiferencia de la sociedad, del paternalismo y la buena conciencia. Los actores hablaron del hambre y de la inmigración, de la violencia y el amor, y de su propia responsabilidad en aquellos temas. Hablaban de que estamos ciegos, sordos y mutilados… porque nos han liquidado la conciencia. La conciencia de sabernos parte del mundo y responsables de lo que pasa. La conciencia de querer ser protagonistas…como ellos lo fueron al escoger un texto que les permitía recuperar su dignidad y exponer su capacidad de ser respuesta.

Emocionante. Gracias!.


Septiembre 2012. Cristina. 


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