“Lo de la niña rumana de 15 años que tenían como reclamo en el club La Perla de Padrón no es una anécdota. Lo convertisteis en anécdota los periodistas, porque lo publicasteis, pero no es nuevo”, asegura Carmen Lago, presidenta de la Asociación Faraxa de Vigo contra la explotación sexual. “En los clubes hay chicas muy jóvenes, aunque solo un médico podrían determinar su edad, si no se tiene acceso a su verdadera documentación [retenida, generalmente, por los proxenetas]”. “En los pisos, las chicas nos cuentan que, cada vez más, los clientes les piden que se vistan de colegialas. Hoy es lo que se demanda: lolitas, carne fresca; cuanto más fresca mejor”, sigue esta mujer que pasó por la prostitución y ahora ayuda a las demás a salir del agujero.
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