Hace veinte años fue asesinado un niño paquistaní mientras montaba en
bicicleta con sus primos. Ehsan Ullah Khan, el hombre que lo libró de la
esclavitud, defiende que el disparo fue ordenado por la mafia de la tapicería,
sector en el que la víctima, Iqbal Masih, fue esclavizada desde los cuatro
hasta los diez años y del que el BLLF (Frente de Liberación del Trabajo
Forzado) lo liberó.
Este salvaje asesinato no hizo más que dar eco al trabajo que se venía
haciendo para denunciar la sangrante realidad de millones de niños en todo el
mundo, que no pueden ir a la escuela por resultar rentables como trabajadores.
Como consecuencia de dicha propaganda el gobierno condenó al fundador del
BLLF, Ehsan Ullah Khan y éste tuvo que exiliarse en Suecia, donde vive hoy en
día sin poder volver a su país, pese a que los cargos que se le atribuían -alta
traición- han sido retirados. Los militares se apropiaron de las oficinas y
todo el patrimonio que la organización poseía y desmantelaron las más de 250
escuelas que tenían en funcionamiento.
Sin embargo, este ataque no supuso una disminución de la actividad, muy al
contrario, Ehsan puso en marcha el Frente de Liberación del Trabajo Forzado
Global y, con no pocas dificultades, sigue hoy al pie del cañón.
“Iqbal Masih fue un mártir, pero el hombre que tengo a mi lado es un mártir
en vida. Nadie ha sufrido como lo ha hecho él por los derechos de los niños”. Fueron las palabras del laureado Nobel de la Paz 2014 Kailash Satyarthi
refiriéndose a Ullah Khan. “Ehsan es la única persona que ha sufrido el
exilio forzoso por combatir la esclavitud infantil. Lo ha sacrificado todo por
la causa: su familia, su profesión, sus amigos, la red de escuelas que tenía
por todo Pakistán. Ha estado 12 veces en la cárcel y ha sido torturado en
varias ocasiones, perdiendo audición por ello. Ha sido condenado a pena de
muerte por denunciar que en su país había niños esclavizados por empresas
extranjeras”.
Los mismos que basan sus beneficios en la explotación de los pobres difaman
a quienes tratan por todos los medios de frenar este abuso. Según escribió
INDITEX en una carta en respuesta a quién cuestionaba sus métodos de
producción, Ehsan tiene ”una trayectoria en la que es difícil encontrar alguna
actuación efectiva en relación con el problema que dice combatir, y que con
cierto espíritu crítico podría ser calificada como falaz”. Esto está
escrito en una carta en la que se entiende que Ullah Khan no es una voz
autorizada sobre el tema de la esclavitud infantil. Estas graves acusaciones
son difíciles de comprender teniendo en cuenta las declaraciones del sí
acreditado Kailash Satyarthi, quien en su página web: lo cita como “el
pionero en esta lucha, que ha pasado a ser ya, más que un amigo, como de la
familia”. Algo no cuadra.
Es cierto que
medios españoles han publicado titulares sensacionalistas que no se
corresponden con las declaraciones que hizo Ehsan, y por ello, él ya ha pedido rectificación
a dichos medios.
Pero es igual de cierto, que ya en 1967,
siendo aún estudiante, comenzó a organizar a los trabajadores de los hornos de ladrillos para que se rebelasen
contra el yugo de la esclavitud. Que en 1987 se movilizó para apoyar el
levantamiento de unos trabajadores y presentar el caso ante la Corte Suprema,
consiguiendo que en 1988 se aprobase una ley declarando ilegal el peshgi -deudas que se pagaban con esclavitud. Que fue el BLLF quien liberó a Iqbal
de la esclavitud, así como a más de 40.000 niños en Pakistán. Que fueron las
presiones de Khan y su movimiento quienes condujeron a que en 1992 la Suprema
Corte declarase el sistema de trabajos forzados ilegal. Que Ehsan, se centró en el tema de los niños una vez que
la esclavitud fue ilegalizada en su país, veinte años después de que comenzase
su tarea abolicionista.
Es justo reconocer que Ehsan ha participado en grupos de trabajo de las
Naciones Unidas contra el trabajo infantil. Ha sido ponente en multitud de
Congresos, mentado en libros, entrevistado por decenas de medios de
comunicación, convocado para realizar una película sobre la vida de Iqbal,
impulsor de campañas y quien propuso a Iqbal para el reconocimiento
internacional que se le hizo en Boston.
Igual de evidente es que no ha buscado su propio protagonismo. Siempre ha
tratado que fuese a las víctimas a
quienes se reconociese, que fuesen los niños esclavizados quienes obtuviesen su
recompensa, y así no es fácil encontrar su nombre en muchos sitios en los que
ha estado.
Impresiona conocerlo. Impresiona su sensibilidad, su preocupación por todo
lo que le rodea, sus ansias de seguir conociendo, de entender las distintas
culturas, su trabajo incansable. Cuando llegó a España invitado por el Partido
SAIn (Solidaridad y Autogestión Internacionalista) y se le preguntó si le
gustaría conocer algo en particular, el pidió dos cosas: asistir a una misa
católica y tener un encuentro con los máximos responsables de la empresa
explotadora ZARA.
Escuchar y luchar. Estar atento al mundo, para responder como se requiere.
Se levanta temprano cada día para leer varios periódicos de distintos países en
busca de la actualidad. No dice que no a una entrevista, a un encuentro.
He
listens and struggles, pays attention to the world to respond as it is
required. He gets up early every day to read newspapers from different
countries to learn about current news. He never says no to a meeting or an interview.
Ehsan Ullah Khan ha elegido una vida de pobreza, no ha buscado acumular
bienes ni reconocimiento, y en esa opción ha reunido miles de amigos. Las
familias de aquellos a los que ha liberado y las de todos a los que ha animado
a llevar una vida de honestidad, de búsqueda de la verdad, que es para lo que
él entiende que sirve el periodismo.
Referencias:
https://books.google.es/books?id=abu95a6OAccC&pg=PA36&lpg=PA36&dq=United+Nations+against+child+labour+ehsan+ullah+khan&source=bl&ots=g3zUQdoBsG&sig=z6fMOY2pzlqIi6tdcQL068L7rIM&hl=es&sa=X&ved=0CCQQ6AEwAGoVChMIl7SKrtSCxwIVzL8UCh0Wyw3Q#v=onepage&q=United%2
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