Más del 95 % de los contratos de trabajo que se registran en las oficinas de empleo de Galicia (y también en España), son temporales. Es decir, aquellos que, además de la inseguridad y la inestabilidad que acarrean en el plano tanto laboral como personal, suelen contemplar los salarios más bajos, las ocupaciones menos atractivas y, casi siempre, las peores condiciones en materia de jornadas, horarios y funciones.
Veinte a uno
Lo cierto es que, según el Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE, el antiguo Inem), el mes pasado se firmaron en Galicia 2.236 contratos de trabajo de carácter indefinido, y por cada uno de ellos se registraron otros veinte temporales, hasta sumar 43.367. La crisis ha tenido mucho que ver en esa precarización, porque si bien la contratación en general ha caído un 36 % desde enero del 2007, la indefinida en particular lo ha hecho casi un 54 %. El índice de conversión de contratos temporales en indefinidos también se ha desplomado: de las más de 145.000 conversiones registradas en toda España en enero del 2007 se ha pasado a las apenas 30.000 del mismo mes del 2012.
También se ha reducido la duración de los contratos, de forma que cada vez son más los trabajadores que, cuando encuentran un empleo, se encuentran con que su "suerte" no durará más allá de un puñado de meses, a veces ni siquiera más que unas semanas, o incluso días; el porcentaje de contratos temporales para trabajos que duran menos de una semana se ha duplicado desde el 2007.
De las trece categorías de contratación que contempla el Servicio Público de Empleo, las que cubren las ocupaciones por obra o servicio y los trabajos eventuales por circunstancias de la producción, ambas de carácter temporal, suman ya más del 80 % de todas las nuevas incorporaciones al mercado laboral del mes pasado en Galicia, y también en España
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