Gran parte de los españoles, muchos de ellos con
salarios de miseria (si haces 40 horas y cobras menos de 1.300 euros, tu
salario es una miseria) o incluso desempleados, admiran a Amancio
Ortega. Visten de admiración lo que, creo, es envidia. Y es que Amancio,
el bonachón, tiene ya 69.860 millones de euros. Y no de los de vellón
que diría Mortadelo. Contantes y sonantes.
Amancio es
un líder, un referente. Sobre todo para muchos asalariados por cuenta
ajena, o incluso por cuenta propia que se creen que pueden llegar a ser
como él por tener una empresa pequeña -lo que viene siendo un autónomo
'puteado' de los de toda la vida... ahora llamado 'emprendedor'-. ¿Cómo
pudo un leonés de a pie levantar un imperio textil como Inditex a partir
de Confecciones GOA, una pequeña tienda que él mismo montó en A Coruña?
Nos venden (y muchos lo compran) a Amancio como un ejemplo a seguir. Si
un leonés ha podido llegar a ser el hombre más rico del mundo, desde la
nada... tú también puedes. Hay igualdad de oportunidades, el sistema
funciona y todo eso...
Pero, claro,
hay formas y formas de hacer negocios. Las hay (algunas) éticas o
ingeniosas. Puedes inventar algo muy novedoso y que sea útil para gran
parte del planeta, patentarlo, venderlo y generar una fortuna. Puedes
desarrollar una idea que ponga en marcha un servicio exclusivo. Y las
hay (las más) legales, pero profundamente inmorales. Puedes dedicarte a
copiar a la competencia y reventar el mercado usando mano de obra barata
y tirando los precios al suelo. Puedes evadir impuestos... A Amancio,
al parecer, le gustan las dos últimas.
Por ejemplo,
entre 2009 y 2014 Inditex transfirió 2.000 millones de dólares de
beneficios a una empresa de su grupo llamada ITX Merken que operaba en
Irlanda, Holanda y Suiza, considerada paraíso fiscal. Esta empresa
empleaba entonces tan solo a 173 trabajadores -un 0,1% del total de
empleados de Inditex-, pero en cambio reportaba casi el 20% de los
beneficios totales del grupo. ¿Por qué? Allí los impuestos son más bajos
que en España. Inditex se ahorró así 325 millones de dólares en
impuestos,
según Bloomberg.
En términos globales, Inditex dispone de 34 sociedades instrumentales
en territorios de nula o baja tributación, repartidas por todo el
planeta. ¡Olé por Amancio!
Según su
Memoria Anual del año 2015 Inditex
pagó 861 millones de euros en impuestos, sobre un total de 3.743
millones de euros de beneficios. Amancio Ortega recibió 100 millones de
euros más de lo que Inditex pagó en impuestos, solo en dividendos por
sus acciones. ¿Es legal? Sí. Pero la firma solo paga en España,
aproximadamente, el 40% de sus impuestos. A quien argumente que si
Inditex pagara en España el 100% de sus impuestos y no en Irlanda,
Holanda y Suiza, la empresa podría dejar de ser viable y marcharse de
España, habría que recordarle que en 2015, por ejemplo, tuvo unos
beneficios de 2.882 millones de euros. ¡En solo 9 meses! Tributar todos
sus impuestos en España, en unos momentos de máxima dificultad para el
país y, por ende, para su población, si sería digno de elogio.
Respecto a la mano de obra. Sí, vale, da trabajo a más de 150.000
personas en todo el mundo. Pero, ¿en qué condiciones? Inditex acumula
múltiples denuncias de varias organizaciones internacionales por
utilizar mano de obra infantil en fábricas que trabajan para Inditex en
Asia, mano de obra considerada esclava en Brasil (con denuncias del
propio Gobierno) o Marruecos... Y eso, solo, echando un vistazo a las
búsquedas de Google.
Así que sí, me parece muy bien
(o más bien, me da igual) que el hombre más rico del mundo sea español.
Mientras Inditex siga evadiendo impuestos, utilizando mano de obra que
muchos vinculan con la esclavitud, tengo motivos más que de sobra para,
ni envidiar a Amancio Ortega, ni sentirme orgulloso de él. Si tú que
lees esto eres un trabajador normal o un ‘emprendedor’ despierta… No vas
a ser Amancio Ortega así que quizá, en lugar de querer alcanzar su
fortuna, deberías preocuparte por mejorar tus derechos laborales y los
de tus compañeros de trabajo. Porque fortunas como las de Amancio se
hacen, como hemos visto, a base de no respetarte ni a ti ni al Estado.